Subsidio 1 2010

Fraternalmente Equipo Pastoral Educativa – JAEC
1810-“Año del Bicentenario de Nuestra Patria”-2010

PREPARANDO EL BICENTENARIO

La Argentina en este mayo 2010, se prepara para celebrar el Bicentenario de la Revolución de Mayo. El aniversario es una ocasión para reflexionar sobre lo que nos constituye como nación, la historia que nos reúne y los proyectos que nos convocan para el futuro.
Una reflexión colectiva acerca del país que somos y el que queremos ser…no es el pasado lo que  tiene que motorizar a la nación, sino una cierta apuesta al futuro…
La celebración del bicentenario no debería mirar sólo hacia atrás, debe tender puentes hacia otras expectativas y otros horizontes que tenemos que gestar desde ahora. Vive faltando un nuevo relato que nos una en algún sueño compartido.
¿Quiénes somos los argentinos hoy? ¿Qué queremos? ¿Qué nos convoca a celebrar en común? ¿Qué deudas tenemos y qué compromisos asumimos?
Algunas de estas preguntas deberían estar en la organización de los festejos, para que el nuevo centenario no pase como una fecha más, sino que promueva una reflexión sobre este proyecto colectivo que supimos y pudimos conseguir, y que también queremos sostener y ampliar. Por eso celebramos entre el pasado y el futuro, habitando un “hoy” que queremos más esperanzado, más pródigo y más generoso para todos los argentinos.

REFLEXIONAR Y REALIZAR DEBATES A PARTIR DE LOS  SIGUIENTES PÁRRAFOS
(Extractos Revista Crecer Nº 53)

“Se debe tener una actitud de agradecimiento por el grito de Libertad del 25 de mayo de 1810 y por la Declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816, en Tucumán.
Lo bueno es recordar la presencia de la Iglesia en esos tiempos, entre luces y sombras pero siempre presente como la Encarnación del Verbo”


“Los valores cristianos impregnaron la cultura y se unieron a la sabiduría de los Pueblos Originarios  y se enriquecieron con las sucesivas inmigraciones. Así se formó la cultura. Es necesario honrar esos orígenes, no para quedarnos anclados, sino para valorar el presente y seguir construyendo el futuro; honrar lo bueno de la propia cultura”.

“Reconocer los valores que tenemos en nuestra cultura: solidaridad, familia, ingenio popular para no bajar los brazos, el compartir, la tierra, el medio ambiente, etc…Desde aquí podemos proyectar juntos, avanzar. Son valores traídos por el Evangelio y hay muchas semillas del Verbo esparcidas, por estas tierras, las que hay que saber encontrar, valorar y promover”.

“La Nación es fundamentalmente la comunidad de hombres, congregados por diversos aspectos, sobre todo, por el vínculo de una misma cultura. Los hombres son un pueblo o una Nación, porque están vinculados por una misma concepción del ser humano y del mundo por una misma escala de valores, que se traducen en actitudes y costumbres”.

“Estamos necesitados de esperanza. Sólo en la confianza tenemos tranquilidad y alegría. Se la pedimos al Señor, que nos revela la dignidad de la persona humana, su destino trascedente y los altos valores a los cuales llama y con su Gracia hace posible el camino señalado”.

“La Patria es un Don que hemos recibido, la Nación una tarea que nos convoca y compromete nuestro esfuerzo. Asumir esta Misión con espíritu fraterno y solidario es el mejor modo de celebrar el Bicentenario de Nuestra Patria”.

Unos minutos frente al Sagrario:

SEÑOR JESÚS PORQUE ME SIENTO  AGOBIADO Y  PRECISO TU ALIVIO Y FORTALEZA, ME UNO A TI DE CORAZÓN…

Señor, a veces me falta entusiasmo y entrega porque creo que no vale la pena esforzarse demasiado.

Me parece que mi tarea y mi cansancio  no producirán demasiados resultados. No me interesa desgastarme para obtener logros muy pequeños.

Muchas veces siento que ya está todo podrido; que nada va a cambiar, que ya no hay nada que hacer.

Me parece que las cosas son así y que ya no pueden ser de otra manera.

También siento que no estoy preparado para dar respuestas. Por eso me falta entusiasmo; no pongo el alma en mis tareas.

Olvido que la historia tiene idas y vueltas; que hubo otras épocas muy difíciles donde muchos entregaron sus vidas y fueron fecundos.

Ayúdame Señor, para que vea que todo puede cambiar; que no está todo dicho; que también hoy tu Evangelio puede mejorar el mundo.

No permitas que me entregue a una vida cómoda y resentida.

Porque mis energías se debilitan cuando las cuido demasiado; pero se multiplican y se renuevan cuando las entrego con ganas, cuando acepto tu proyecto, cuando trabajo confiado en tu poder.

Ayúdame a descubrir que tu mensaje y tu gracia son lo que necesita este mundo de hoy; que tu Palabra es siempre viva y nueva.

Muéstrame Jesús, que lo que buscan los corazones es tu luz, tu amor, tu poder.

No hay nada mejor, nada más bello, nada más grande.

Ese es el tesoro que depositaste en mis manos. Gracias Señor.

Dame la mirada de la fe para reconocer siempre que detrás de los aparentes fracasos algo nuevo está brotando.