Subsidio Asunción de María

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Written by Admin

Significado de la palabra Asunción: cuando buscamos en un diccionario, aparece que el significado de la palabra asunción es: “aceptación de una responsabilidad u obligación”.

Pues bien, en la persona de la Virgen María, no fue así…..Claro, Dios siempre es novedoso y creativo con la vida, con nuestra vida….

En Ella, nada fue por obligación. Ella simplemente “aceptó, se entregó, asumió una invitación, un proyecto, una misión”. Por eso es Bienaventurada, por eso el Madre de Dios y nuestra.

En esta fiesta de la Madre de todos, celebramos el SÍ que la Virgen le dio al Padre y su proyecto. María, se dejó llevar durante toda su vida. Es la mujer fiel por excelencia, dócil al Espíritu, abierta al plan de Dios. Servidora de la Palabra, Oyente, Mujer de Fe.

Elegimos un texto de la Palabra de Dios y profundizamos su mensaje:  (por grupos)

 

-          san Lucas 1, 26-38

-          san Lucas 1, 39-56

-          san Juan 2, 1-12

-          san Juan 19, 26-27

-          Hechos 1, 12-14

  1. Leer con atención el texto elegido. ¿Qué dice el texto?, ¿Quiénes son los personajes?, ¿Qué hace/dice María??
  2. ¿Qué actitudes de María nos llaman la atención de la Virgen, por qué?
  3. Para un cristiano, ¿cómo experimentamos el  verdadero amor a la Virgen María?
  4. Expresamos en una oración, un graffiti, un lema, lo reflexionado.

 

Letanías a la Virgen María:

 

(En un papel mural, o afiche, aportamos “letanías a la Virgen”. Las letanías son las formas de nombrarla, saludarla, honrarla por su vida, vamos a pensar qué le podemos decir a nuestra Madre…además de las que aparecen a continuación)

 

Madre de los niños, ruega por nosotros….

Madre de los pobres y oprimidos, ruega por nosotros…

Madre de los enfermos, ruega por nosotros….

Madre de las familias, ruega por nosotros……

Madre de nuestra escuela, ruega por nosotros….

Madre de la esperanza, ruega por nosotros….

Madre de los que perdieron la fe, ruega por nosotros….

Madre de Jesús, nuestro Amigo y Maestro, ruega por nosotros….

- Podemos terminar las letanías rezando una decena del Rosario o cantando un canto dedicado a la Virgen María.

Toda la vida de María, fue entrega, servicio, escucha y disponibilidad a la Palabra del Padre y fidelidad a su proyecto, que es el Reino de Dios. Su fidelidad “no se quedo en buenas intenciones o en palabras bonitas”,  sino que toda su vida es un permanente SÍ a Dios, en comunión con su Hijo Jesús y los demás.

Por eso, también, como Ella nos invita, nuestra vida de Fe, no puede quedar en palabras vacías o que no nos comprometan.

Sugerimos para trabajar con los diferentes cursos:

-          “MARIA NOS VISITA Y SE QUEDA ENTRE NOSOTROS”

-          “MARIA FIEL AL PROYECTO DE DIOS, ESCUCHO SU PALABRA Y SE PUSO AL SERVICIO DE LOS DEMÁS”

Charlamos con la gente sobre el sentido de esta fiesta, incluso podemos armar un video sobre la Virgen o un Power Point, un mural, etc.

 

Escucha, decisión, acción: las tres palabras claves de María, según el Papa Francisco, en una meditación mariana en la plaza de San Pedro tras el rezo del Rosario en la conclusión del mes de mayo (Roma, 31 mayo 2013). Esta es la homilía en español del Papa Francisco:

Queridos hermanos y hermanas: Esta tarde hemos rezado juntos el Santo Rosario; hemos recorrido algunos acontecimientos del camino de Jesús, de nuestra salvación y lo hemos hecho con aquella que es nuestra Madre, María. Aquella que con mano segura nos conduce a su Hijo Jesús. Hoy celebramos la fiesta de la Visitación de la Beata Virgen María a la pariente Isabel. Querría meditar con ustedes este misterio que muestra como María afronta el camino de su vida, con gran realismo, humanidad, concreción.

Tres palabras sintetizan la actitud de María: escucha, decisión, acción; palabras que indican un camino también para nosotros frente a lo que nos pide el Señor en la vida.

1.-Escucha. ¿De dónde nace el gesto de María de ir a su pariente Isabel? De una palabra del ángel de Dios: “También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez”… (Lc. 1,36). María sabe escuchar Dios. Atención: no es un simple “oír” superficial, sino es “la escucha”, acto de atención, de acogida, de disponibilidad hacia Dios. No es el modo distraído con el cual nosotros nos ponemos delante del Señor o ante los otros: oímos las palabras, pero no escuchamos realmente. María está atenta a Dios, escucha a Dios.

Pero María escucha también los hechos, es decir lee los acontecimientos de su vida, está atenta a la realidad concreta y no se para en la superficie, sino que va a lo profundo, para captar el significado. La pariente Isabel, que es ya anciana, espera un hijo: éste es el hecho. Pero María está atenta al significado, lo sabe comprender: “porque no hay nada imposible para Dios”(Lc. 1,37).

Esto también vale en nuestra vida: escucha de Dios que nos habla, y también escucha de la realidad cotidiana, atención a las personas, a los hechos, porque el Señor está en la puerta de nuestra vida y golpea en muchos modos, pone señales en nuestro camino; está en nosotros la capacidad de verlos. María es la madre de la escucha, escucha atenta de Dios y escucha también atenta de los acontecimientos de la vida.

2. Decisión. María no vive “de prisa”, con preocupación, sino, como subraya san Lucas, ” María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón” (cfr. Lc 2,19.51). Y también en el momento decisivo de la anunciación del ángel, Ella pregunta: “¿Cómo sucederá esto?” (Lc1,34). Pero no se detiene ni siquiera en el momento de la reflexión; da un paso adelante: decide. No vive de prisa, sino sólo cuando es necesario “va sin demora”. María no se deja llevar por los acontecimientos, no evita la fatiga de la decisión. Y esto sucede sea en la elección fundamental que cambiará su vida: María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho” (Cfr. Lc 1,38), sea en las decisiones más cotidianas, pero ricas también ellas de sentido. Me viene en mente el episodio de la bodas de Caná (cfr. Jn 2,1-11): aquí también se ve el realismo, la humanidad, lo concreto de María, que está atenta a los hechos, a los problemas; ve y comprende la dificultad de aquellos dos jóvenes esposos a los que viene a faltar el vino de la fiesta, reflexiona y sabe que Jesús puede hacer algo, y decide dirigirse al Hijo para que intervenga: “Ya no tienen vino” (cfr. v. 3).

En la vida es difícil tomar decisiones, a menudo tendemos a posponerlas, a dejar que otros decidan en nuestro lugar, a menudo preferimos dejarnos arrastrar por los acontecimientos, seguir la moda del momento; a veces sabemos lo que tenemos que hacer, pero no tenemos el coraje o nos parece demasiado difícil porque quiere decir ir contracorriente. María en la anunciación, en la Visitación, en las bodas de Caná va contracorriente; se pone a la escucha de Dios, reflexiona y busca comprender la realidad, y decide confiarse totalmente en Dios, decide visitar, aun estando embarazada, a la anciana pariente, decide confiarse al Hijo con insistencia, para salvar la alegría de la boda.

3. Acción. María salió de viaje y “fue sin demora”(cfr Lc 1,39). El domingo pasado subrayé este modo de hacer de María: a pesar de las dificultades, las críticas que habrá recibido por su decisión de partir, no se detuvo delante de nada. Y aquí parte “sin demora”. En la oración, delante de Dios que habla, en reflexionar y meditar sobre los hechos de su vida, María no tiene prisa, no se deja tomar por el momento, no se deja arrastrar por los acontecimientos. Pero cuando tiene claro qué cosa Dios le pide, lo que tiene que hacer, no tarda, no retarda, sino que va “sin demora”. San Ambrosio comenta: “la gracia del Espíritu Santo no comporta lentitudes” (Expos. Evang. sec. Lucam, II, 19: PL 15,1560). El actuar de María es una consecuencia de su obediencia a las palabras del ángel, pero unida a la caridad: va a Isabel para hacerse útil; y en este salir de su casa, de sí misma, por amor, lleva cuanto tiene de más precioso: Jesús; lleva a su Hijo.

A veces, también nosotros nos paramos a escuchar, a reflexionar sobre lo que deberíamos hacer, quizás también tenemos clara la decisión que tenemos que tomar, pero no pasamos a la acción. Y sobre todo no nos ponemos en juego a nosotros mismos moviéndonos “sin demora” hacia los otros para llevarles nuestra ayuda, nuestra comprensión, nuestra caridad; para también llevar nosotros como María, lo que tenemos de más precioso y que hemos recibido, Jesús y su Evangelio, con la palabra y sobre todo con el testimonio concreto de nuestro actuar.
Escucha, decisión, acción.

María, mujer de la escucha, abre nuestros oídos; haz que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las mil palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos, cada persona que encontramos, especialmente aquella que es pobre, necesitada, en dificultad.

María, mujer de la decisión, ilumina nuestra mente y nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús, sin titubeos; dónanos el coraje de la decisión, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida.

María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan “sin demora” hacia los otros, para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, en el mundo la luz del Evangelio. Amén”.

Sugerencia: es conveniente que cada grado evalúe lo que han elegido realizar para que esta fiesta no pase a ser  “más de lo mismo” y ayude a crecer en la Fe y el amor a la Virgen.

 

 

Muchas gracias.

 

Lic. José Luis Bruno

Catequista - Misionero